Este artículo pudiera resultar gracioso, y hasta hacerte sonrojar un poco, pero lo que acá hablamos es la pura realidad. En la infancia todos o por lo menos la inmensa mayoría, somos almas puras, con mentes inocentes. Los niños no tienen la particularidad de sacar nada de contexto, a menudo todo lo entienden literalmente, sin la malicia del doble sentido. Pero ¿En qué momento cambia todo? ¿Qué tan pervertida es tu mente ahora? Descúbrelo en las siguientes líneas…
La dulzura y magia de la niñez, llega de pronto a su fin, al alcanzar la edad de la pubertad y la adolescencia. Junto con los cambios físicos, surge algo más determinante, un cambio repentino de visión y mentalidad, es que como si de pronto nuestros ojos se abrieran a un nuevo mundo, y comenzamos a ver todo distinto.