12 viejas costumbres de la primera cita que deberíamos devolver a la vida absolutamente
¡Ah, los viejos tiempos! Se ha convertido en un cliché lamentar los tiempos pasados, pero en realidad es un gran esfuerzo no hacerlo. De hecho, en muchos sentidos, usted tiene la clara sensación de que las cosas han retrocedido en comparación con lo que solían hacer en el pasado.
Los buenos modales, por ejemplo, ya casi no existen: cuando se trata de amor, son un viejo recuerdo. Estos son los 12 hábitos del pasado que hicieron de la primera cita uno de los encuentros más románticos de toda una historia de amor, y que hoy ya no se ponen en práctica.
El hombre invitó a la mujer a salir. No es que la petición de una reunión tenga que ser hecha necesariamente por un hombre a una mujer y no al revés, pero lo que distinguió el primer nombramiento del pasado fue el hecho de que había una declaración real. El hombre (en este caso) era valiente, se dirigió hacia la mujer y mirándola a los ojos volvió la propuesta. Cada día todo pasa a través de una pantalla y puedes ver por ti mismo que se necesita mucho menos coraje para hacerlo, tanto menos es el encanto que rodea a la primera cita.
Había mucha más atención a la ropa, o al menos a la elección de la ropa a usar para resaltar la elegancia de la persona, ciertamente no su sensualidad. Sin escotes, tacones vertiginosos ni minifaldas: en la primera cita hubo otro tipo de productos para mostrar. Hoy en día ni siquiera te importa vestirte bien en una entrevista de trabajo, ¡y mucho menos en la primera cita!
Se regalaron flores. No es tanto el don lo que importa, sino los pensamientos que lo acompañan. Ya sea que las flores sean para el cumpleaños de tu madre o para una mujer a la que estás asistiendo, es sin duda uno de los gestos más románticos!
Íbamos a bailar. Aunque las discotecas siguen siendo para muchos lugares adecuados para la primera cita, hay una diferencia abismal entre lo que fueron y lo que son hoy en día. La danza, una vez, fue una oportunidad para tener un contacto físico más cercano y `confesar’ sus sentimientos al oído del amado. Hacer lo mismo en una discoteca moderna sería imposible!
No había teléfonos móviles. Como usted sabe, los teléfonos inteligentes y las tabletas se han convertido en objetos muy intrusivos en nuestras vidas y nos acompañan en casi cualquier momento del día…. incluso cuando no son necesarios. Manejar tu teléfono móvil mientras hablas con una persona es un gesto muy grosero y con ocasión de una primera cita deberías guardarlo.
El hombre abrió la puerta del coche a la mujer. Claramente es un gesto que no revela mucho sobre la verdadera personalidad de un hombre, pero sigue siendo un gesto elegante y siempre bien aceptado. Hoy en día ninguna mujer esperaría que el hombre con el que va a salir viniera a abrir la puerta, y es por eso que un gesto así podría hacer una diferencia!
Había mucha sinceridad. En el pasado había largas caminatas para hablar, hoy cuando sucede es a través de un teléfono inteligente. Así desapareció la sinceridad que era mucho más frecuente en las relaciones: interrumpir una relación con un mensaje de texto es tan simple como beber un vaso de agua.
Se organizó algo especial. Compartir las opciones es un signo de colaboración en la pareja, pero en algunas ocasiones también es legítimo decidir por uno mismo. No espere a que la otra persona haga algo especial por usted. Coge tu bola y reserva una cena en un lugar romántico o en un restaurante exclusivo. Algunos gestos nunca desaparecen y siempre comunican algo bueno.
El sexo no fue en la primera cita. ¿Cuántas personas evalúan hoy en día el éxito de una primera cita en función de si se ha llegado o no a la relación? En el pasado, no era habitual tratar a uno mismo tan rápido y esto lo alejaba de muchas situaciones embarazosas y malentendidos.
El «Te amo» no tenía relojes. El valor de las palabras se ha perdido hoy en día, por lo que un «te quiero» podría ser en lugar de «estoy bien contigo», «me gustaría llegar a conocerte mejor». Esto crea malentendidos y desilusiones, sin mencionar el hecho de que la declaración de amor anticipa mucho el momento en que el sentimiento alcanza una cierta solidez.
Se prestó mucha más atención a los detalles. La bebida favorita, el género de la película, el libro, la canción…. Recordar estos detalles ayer fue una manera para que el otro entendiera el interés que sentía, así como una manera de sorprender.
La puntualidad reinaba. Hoy tenemos teléfonos inteligentes, relojes inteligentes en nuestras muñecas y pantallas en cada esquina, pero siempre llegamos tarde. Llegar a tiempo a la primera cita era una manera de decirle a la otra que habías estado esperando todo el día para la reunión, ¡e incluso si no era verdad, era una buena manera de empezar!
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