¿Puedes hacer que alguien se enamore de ti a propósito? De acuerdo con la ciencia, sí: así es como se hace
Qué gran misterio. Ese sentimiento enigmático que los artistas y poetas han perseguido durante milenios. ¿O tal vez no?
Hoy en día, la ciencia nos ayuda a entender al ser humano, incluso en sus profundidades emocionales. La psicología, pero también la sociología, la química y la biología, han recogido una gran cantidad de datos sobre nuestro comportamiento y han descubierto que es más predecible de lo que pensamos. Mantener estas constantes de relaciones interpersonales en mente puede ayudarnos a no hacer tonterías y aumentar las posibilidades de que una persona en particular se enamore de nosotros.
Primera cita
Evite el helado! Empecemos desde la primera salida y con un consejo muy práctico: ¡Nunca tomes un helado en tu primera cita! Algunos estudios han encontrado una conexión entre nuestro calor corporal y la predisposición al contacto con otros. Como cuando decimos en un lenguaje común que «es una persona fría» o que, por el contrario, alguien fue «muy cálido con nosotros». Parece que en estas expresiones hay un trasfondo de verdad literal.
Además, desde los primeros encuentros, es bueno prestar atención al lenguaje corporal y, en particular, al contacto visual. Incluso mirarse a los ojos se considera un signo de implicación del sentido común y la ciencia lo confirma. Pero hay más: no sólo es cierto que los amantes se miran tanto a los ojos, sino también que mirarse tanto a los ojos nos enamora. Investigaciones posteriores parecen indicar que el contacto visual prolongado une a dos personas porque es como si estuvieran reviviendo experiencias pasadas de amor inconscientemente, actualizándolas en la situación actual.
Comunicación a distancia
Hoy en día, la mayoría de las interacciones con la otra persona tienen lugar a distancia, utilizando las modernas tecnologías de telecomunicaciones, como los teléfonos móviles y la mensajería instantánea. Por eso es muy importante saber gestionar la comunicación telemática que es la mayor parte del tiempo que pasamos en contacto. En esta fase, se trata de construir lo que los investigadores Hopper y Knapp llaman «el lenguaje personal de las parejas»: un lenguaje común sólo a ustedes dos, hecho de chistes y bromas que se mencionan entre sí, pequeñas cosas que dijeron durante la primera cita o en comunicaciones previas y que con el tiempo se convierten en una especie de gramática emocional.
Para producir esta sensación de intimidad, también puede compartir algunos episodios embarazosos de su vida. No tengas miedo de abrirte un poco: algunas investigaciones subrayan la fuerza de compartir algo que se percibe como un secreto. Por un lado hará que la otra persona se sienta especial, por otro lado te hará sentir seguro porque no tienes miedo del juicio de los demás.
Después de un tiempo, sin embargo, es bueno ser deseado. Otro dogma de sabiduría popular que la psicología confirma: es aconsejable retractarse un poco y hacer que el otro nos busque. Después de una primera fase de comunicación densa, debe seguir una en la que se reduzca el ritmo, poniéndonos más a responder a los mensajes, haciendo un poco de «precioso». Esto hará que la otra persona entienda lo importante que eres en su vida, de lo contrario nuestro cerebro se acostumbra a la situación y da por sentada la presencia del otro, devaluándola automáticamente.
Consejos generales
Atención con regalos y bondades diversas: mejor recibirlos que hacerlos. Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos, descubrió esta curiosa paradoja psicológica que hoy lleva su nombre y que ha sido confirmada por la investigación científica: quien ya te ha hecho un favor, es probable que te haga otro. Y, convexamente, aquellos que reciben un favor no necesariamente tienen que corresponder. El punto es el siguiente: cuando hacemos un gesto bonito por alguien, nos reiteramos a nosotros mismos cuando lo valoramos, lo importante que lo consideramos y reforzamos este sentimiento. Mientras que recibir un regalo o bondad no sólo causa sentimientos positivos como la gratitud, sino también un cierto sentido de deuda que podríamos atar inconscientemente a esa persona, terminando sintiéndonos incómodos en su compañía.
Finalmente, para resumir el significado de toda esta charla, trate de vincular las emociones positivas a su persona. La otra persona debe sentir el placer de pensar en ti y el deseo de escucharte y verte. Usted no tiene que ser una carga o un compromiso que él ha hecho, sino una recompensa que no puede esperar a tener.