Lo que parece ser una pequeña molestia pasajera o simplemente un achaque de vejez, pudiera representar en realidad las señales que nos envía nuestro organismo de que algo anda mal y que debemos actuar de inmediato, para que la situación no empeore y corramos grave peligro de perder la salud o la vida. Por eso es importante realizarnos continuamente un autoexamen, conocer nuestro cuerpo, evaluar cómo nos sentimos y visitar al médico periódicamente, dado que el diagnóstico a tiempo de cualquier enfermedad y específicamente de las afecciones de la tiroides, es clave para una solución eficaz y definitiva.
La tiroides es una pequeña glándula alojada en nuestra garganta, sin embargo, es responsable de funciones esenciales en nuestro organismo como lo son regular el metabolismo, la temperatura y el ritmo cardíaco. En otras palabras, si nuestra tiroides anda mal todo nuestro cuerpo lo va a sentir y nuestra salud se va a desgastar rápidamente.
Síntomas más comunes de hipertiroidismo o hipotiroidismo:
Depresión o desánimo
La baja actividad de la tiroides puede inhibir la producción de la serotonina llamada “hormona de la felicidad”, que nos mantiene activos y animados.
Desorden en los hábitos al evacuar
Puedes presentar estreñimiento extremo o diarrea crónica, dado que el desorden en el funcionamiento de la tiroides puede afectar el sistema digestivo.
Demasiado sueño
La falta de fuerzas para levantarte y cumplir con tus actividades cotidianas puede ser señal de algo no está bien con tu tiroides.
Caída del cabello y resequedad de la piel
La pérdida de cabello, resequedad en la piel y uñas puede ser síntoma de que la tiroides no está trabajando a un ritmo adecuado.
Inestabilidad en el peso
Subir y/o bajar de peso repentinamente es una señal inequívoca de que debes visitar al endocrinólogo a chequear el funcionamiento de tu tiroides.
Si estás pasando por alguna de estas situaciones es momento de que tomes cartas en el asunto y visites al médico para que juntos alcancen una solución oportuna a tu problema.
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