Adiós a los motores a reacción: aquí están los increíbles propulsores de plasma incluso para aviones civiles
El transporte aéreo es actualmente el mejor, en términos de velocidad, de todos los disponibles: sólo tiene un problema, el coste de la energía y las consecuencias medioambientales. Para que quede claro el impacto de un viaje corto en avión, he aquí algunas cifras: 44 g de dióxido de carbono producido por un tren por kilómetro, frente a los 118 g del coche y los 140 g del avión. El problema es el tipo de motor que mueve las zonas: los motores a reacción, sin embargo, podrían ser sustituidos en algún momento por motores de plasma, cuyas emisiones son nulas y también el rendimiento es mucho mejor.
Aviones capaces de alcanzar los límites de la atmósfera y volver sólo gracias a la electricidad: todavía no es una realidad, pero pronto lo será.
Los motores de plasma no son una tecnología de última generación, han sido utilizados y estudiados durante años en el espacio: ser innovador sería su extensión a usos «civiles». A diferencia de los motores a reacción, que aprovechan el chorro producido por la conversión de la energía química del combustible en energía cinética, los motores de plasma no tienen nada que ver con la química: su funcionamiento se basa en la electricidad, concretamente en descargas eléctricas de alta intensidad que llevan un gas al estado de plasma (átomos y electrones parcialmente separados), lo aceleran gracias a potentes campos magnéticos y crean un chorro cuyo empuje se aprovecha.
Uno de los problemas que los investigadores de la Universidad de San Petersburgo tuvieron que enfrentar fue el hecho de que los prototipos de los motores de plasma mostraron un buen funcionamiento sólo en condiciones de baja densidad de gases atmosféricos. A través de algunas modificaciones los ingenieros fueron capaces de hacer un trabajo incluso a nivel del suelo: las excitaciones eléctricas crearon un chorro de una velocidad de 20 km/s (72.000km/h).
Ahora no queda más remedio que resolver un último gran problema: ¡el tamaño actual de los propulsores de plasma es de 80 milímetros! Un tamaño que a primera vista parecería positivo pero que en realidad establece un gran límite. Para mover un avión de pasajeros se necesitarían 10 mil en serie, cada uno alimentado por una batería que debe ser necesariamente pequeña y ligera.
Puede parecer una tecnología a años luz de su realización, pero los motores de plasma siguen siendo de gran interés para el futuro del transporte aéreo.