Volvió UCAM Murcia CB al Palacio con el histórico segundo bronce europeo colgado en el cuello, y una única intención frente a Casademont Zaragoza: demostrar que este equipo no ha dicho, todavía, la última palabra en esta temporada 23/24.
Pero no lo iba a hacer solo, y es que la afición murciana respondió de la mejor manera posible con un Palacio de los Deportes de Murcia a rebosar, deseoso de ver a los suyos seguir luchando por el sueño de acabar entre los ocho primeros.
El encuentro comenzó con dos triples, uno para cada equipo, antes que Zaragoza pusiese tierra de por medio durante todo el cuarto con una ventaja corta pero determinante. Todo hasta que, una vez pasados los cinco minutos de primer cuarto, los de Sito Alonso corrigieron sus errores defensivos que, sumados al acierto desde el perímetro (5 triples), lograsen equiparar la contienda y marcharse a los siguientes diez minutos en un grandísimo estado de forma (22-24).
Arrancaron los minutos previos al descanso con un conjunto universitario que, a base de esfuerzo y mucho talento fueron, poco a poco, arañando puntos para darle la vuelta al marcador y ponerse 5 arriba en el ecuador del cuarto. Pero, tras un tiempo muerto solicitado por los visitantes, el conjunto zaragozano logró volver a coger la batuta e igualar un encuentro donde el ritmo y la intensidad dominaron. Tras convertirse en un correcalles, el encuentro llegó al final de la primera parte con los visitantes por delante (38-40).
Tras la salida de vestuarios se pudo ver un UCAM Murcia CB más entero, organizado y eficaz. Con un juego tan vertical como rápido, los de Sito Alonso consiguieron completar un parcial de 14-7 en los primeros cinco minutos. No conforme con ello, el conjunto de casa continuó en sus trece de aumentar la distancia en el marcador con respecto a su rival, aprovechando el estado de gracia en el que se encontraban, para marcharse a los últimos diez minutos 8 puntos arriba (61-53).
Casademont Zaragoza fue quien golpeó primero en el último cuarto con un parcial de 0-8 para llevar el resultado a tablas. Todo ello, a falta de siete minutos. Los murcianos consiguieron recobrar el sentido y apagar una llama que podía haberse convertido en fuego. Fue entonces cuando la intensidad y la igualdad se hicieron con el encuentro hasta que, con dos minutos para concluir, los universitarios se armaron de valor y consiguieron un 9-0, gracias a la eficacia defensiva, para abrir una brecha considerable (+10) a falta de un minuto de encuentro. Mantuvo la compostura el equipo de casa ante un gran Zaragoza (82-77).
Los de Sito Alonso jugarán, el próximo domingo (18.30h), en casa de Unicaja Málaga.