Una startup ha encontrado una manera de reciclar el chicle: así es como lo reutiliza
la guardamos en la boca para refrescar el aliento, para aliviar el estrés, para hacernos unas burbujas de color: la goma de mascar a menudo termina debajo de los dientes y…. bajo las suelas de los zapatos. Desafortunadamente, la normalidad con la que se pide una cuando se agita el paquete es igual a tirarlo al suelo una vez que se le acaba el sabor.
Movidos por el enorme impacto económico y medioambiental de los chicles tirados al suelo, una empresa de nueva creación ha inventado una forma de reciclarlos y deshacerse de ellos de forma adecuada. Aquí está el cómo.
La goma de mascar debe ser arrojada a la fracción indiferenciada de los residuos, pero la mayoría de las veces termina debajo de los asientos de los autobuses, escritorios o en la carretera, antes de que alguien la pisara.
Los chicles comunes están hechos de poliisobutileno, un plástico que no está diseñado para degradarse rápidamente; de hecho, permanecen intactos en promedio durante 5 años antes de embarcarse en el proceso de biodegradación. Además, su eliminación es una actividad muy lenta y costosa, ya que requiere necesariamente el uso de productos químicos específicos.
No había proyectos de reciclaje de chicles en el mundo, al menos antes de Gumdrop: se trata de una startup nacida en 2009 de un estudiante de diseño en 3D de la Universidad de Brighton, que consiguió transformar el chicle en un nuevo material llamado Gum-tec.
El material Gum-tec ya ha sido utilizado para crear varios objetos, incluyendo botas de goma, fundas para teléfonos inteligentes, peines y suelas de zapatos de gimnasia.
La empresa ha instalado contenedores de color rosa brillante alrededor de las ciudades – muy difíciles de detectar – en los que tirar chicles usados. Los contenedores se vacían regularmente y el material que contienen se envía inmediatamente a los centros de mecanizado.
Hoy en día, es muy importante incluir la mayor cantidad posible de residuos en el contexto de la economía circular, con el fin de reducir el número de residuos producidos y utilizarlos hasta que se agoten por completo.
Incluso un proyecto como Gum-drop es esencial para la protección del medio ambiente y de nuestras ciudades, que llevan mucho tiempo empapadas de chicles esparcidos por todas partes.
