Sin embargo, seguían estando tristes de que esto implicara que él casi no estuviera en casa. El día del cumpleaños de Leah todo cambió, había un paquete gigantesco en la cocina que escondía una gran sorpresa.
Leah empezó a desenvolver el paquete, la sorpresa fue descomunal: era su padre. Leah quedó estupefacta, no había mejor regalo que ese, el regreso de su padre al hogar por un largo tiempo, lo que ella siempre espero.