En realidad era una sorpresa donde se mostraban las aventuras por las que pasó Stuart para poder recuperar los anillo, pues los había olvidado.
Haciendo mil maromas para divertir a su amada novia y a sus invitados, atravesó un campo en un tractor y de regreso tomó un carrito de golf, anduvo en monociclo por toda Londres, atravesó un rebaño de ovejas, y un río en un bote, y cuando llegó a su casa se percató que no traía consigo las llaves y con gran astucia saltó por la ventana.
Buscó por todas partes de la casa, hasta que por fin encontró los anillos, ¡estaban en la cocina! Por último Stuart tomó un taxi para llegar nuevamente a su boda y así unirse con su amada hasta que la muerte los separe.
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