Cuando piensas en delincuencia o cuando te imaginas a los delincuentes, seguramente te creas la imagen de persona malviviente, con mal aspecto y loco de remate, estereotipo que los medio de comunicación se han encargado de presentarnos a lo largo de los años.
Para la mayoría de personas no existe la posibilidad de que alguien que haga algo malo, pueda ser atractivo y esbelto al mismo tiempo. Hablamos de ello, porque se ha presentado un fenómeno totalmente desconocido hasta la fecha. Nunca antes un prisionero había causado tanta sensación en el mundo.



