¿A quién se le podría ocurrir vivir en un silo? Pues al parecer solo a Christoph y Shauna, por lo que gran parte de su objetivo ya estaba logrado: el silo resultó una idea absolutamente original. Sin embargo ¿Cómo lograr convertirlo en su nido de amor? Era algo que todavía les quedaba por resolver.

La pareja se puso manos a la obra, Christoph aplicó su ingenio de arquitecto para convertir un reducido espacio de 58 metros cuadrados, en un acogedor lugar para vivir, y lograr complacer el gusto minimalista de su amada esposa. Para lograrlo la pareja invirtió mucho tiempo, dedicación y todos sus ahorros, ¿Consideras que valió la pena semejante desembolso?



