El matrimonio integrado por Joshua Marbury y Alicia Quinney clama porque se le haga justicia a su pequeño hijo, que fue sometido a tratos crueles e inhumanos por la persona en quien confiaron para que lo cuidara y atendiera, cuando contaba con menos de un año de edad.
Esta joven familia está atravesando una prueba muy dura, ya que sus diligencias iniciales para obtener justicia en su estado han sido infructuosas. Por los momentos la acusada ha conseguido quedar impune por culpa de una absurda ley, que deja indefensos a las personas más vulnerables.
Joshua nos cuenta que aunque han transcurrido algunos años no sale de su desconcierto al ver como la abusadora de su hijo, anda en libertad mientras su niño aún sufre las secuelas de la golpiza que recibió de esa mujer. Todo por culpa de una ley obsoleta que estipula que para que alguien sea procesado por agredir a otra persona, la víctima necesariamente tiene que testificar en su contra y ¿Cómo va a testificar un niño que aún no sabe hablar y mucho menos defenderse?
¿No se supone que el sistema de justicia está concebido para proteger al más vulnerable? ¿Cómo una ley puede dejar desamparado a los que por alguna razón no pueden testificar en contra de su abusador? Bajo esta legislación no es solo el bebé de Joshua el que está en peligro sino también los autistas, los mudos, las personas con necesidades especiales y todo aquel que no pueda comunicarse para defenderse y acusar a su victimario.
Por eso Joshua y Alicia han decidido publicar su historia en Facebook, en búsqueda de solidaridad de otros padres y ciudadanos en general que puedan ejercer presión social para que se derogue esa ley y su bebé pueda recibir justicia.
Los primeros esfuerzos han rendido sus frutos y el fiscal del distrito ha prometido revisar el caso más de cerca.
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