Cuando las tropas soviéticas rodearon su búnker en Berlín, Adolf Hitler aceptó la inminencia de su derrota. Y puso en marcha su plan de quitarse la vida.
Horas antes, se unió en matrimonio con Eva Braun, que había permanecido a su lado durante 11 años. Se casaron temprano en la mañana del 29 de abril. Al día siguiente, poco después de las 15:30, bebieron cianuro en finos frascos de vidrio y además Adolf Hitler se disparó a sí mismo en la cabeza, cerrando una trágica página de la historia de la humanidad.
El hombre responsable de sufrimientos incalculables, que por sus delirios había llevado al mundo al borde de la destrucción, estaba muerto.
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