MN La importancia de estar por la Región de Murcia
|
Tiempo de lectura: 9 minuto/s

Grandes coincidencias

María LosadaMaría Losada - 28 de Marzo, 2024
Grandes coincidencias
Un relato muy especial

¡Hola!

Este mes te traigo algo muy especial, mi primer relato publicado. Este relato que os presento a continuación es está publicado en mi libro “Amor, desamor y otras cosas”, y es muy importante para mí ya que las opiniones que recibí de este relato me motivaron a escribir una novela, cosa que siempre he pensado hacer, pero nunca me he considerado lo suficientemente buena.

Te invito a leerlo y a que me des tu opinión sincera, ya que este relato no acaba aquí, tras publicar el libro decidí escribir 3 capítulos más. Si te gusta, iré publicando el resto de capítulos mes a mes. ¡Házmelo saber! https://www.instagram.com/marialosadag_/

Sin más dilación, te dejo con la historia de Marta y Mario :)

Grandes coincidencias

Es un día como otro cualquiera, un jueves de marzo. Marta va de camino a la oficina como de costumbre, paseando por el centro de la ciudad.

A pesar de que parece un día normal y corriente, hoy pasará algo, no algo super importante, pero sí lo suficiente como para que en el corazón de marta se sintiera una punzada.

Cuando Marta llega a la oficina todo transcurre como de costumbre, entra en su despacho, enciende su ordenador y se pone al día con el correo. Sobre las 11, como todos los días, Marta hace un descanso para tomarse su solo largo acompañado de su primer cigarro del día.

Tras pasar por la cafetería y yendo cargada con el móvil, la cartera, el tabaco y el café (para que molestarse en coger el bolso), va tan ensimismada en sus pensamientos que se tropieza y cae al suelo, justo delante de la cristalera de un bajo de oficinas cercano a su trabajo, sin saber que esas cristaleras tienen ojos.

Mario es el típico hombre cuya presencia hace que a las mujeres les tiemblen las rodillas. Alto, moreno y con los ojos de un verde intenso. Siempre ha sido guapo, desde que nació, y más teniendo en cuenta que la mayoría de recién nacidos son feos. Es guapo y lo sabe.

Trabaja como contable en una oficina en el centro de la ciudad, un trabajo que le aburre soberanamente. Sus días transcurren sin más, entre números, por eso pasa mucho tiempo embobado viendo a la gente pasar por la calle a través de la enorme cristalera de su oficina.

Pero el día de hoy promete, ya que acaba de ver a una chica (vosotros ya la conocéis) caer al suelo. Se está partiendo de risa, pero inmediatamente salta de la silla y acude a su rescate.

<< ¿Estás bien? >> Le pregunta a Marta, ayudándola a levantarse. << Creo que sí, aunque ha sido un golpetazo >> Responde ella. Mientras se terminaba de levantar, sus miradas se cruzan y se sonríen.

Marta es una chica morena, pequeña, subida a unos grandes tacones que, pese a caerse al suelo siguen pegados a sus pies, no como el café que llevaba en la mano, que ha acabado estampado en su blusa.

A Mario le ha parecido tan torpe y atolondrada, que ha decidido ofrecerle la camisa que guarda en su armario para imprevistos, ya que Marta le inspira una mezcla entre pena y ternura. Marta la acepta con una sonrisa, a lo que él le responde << No te preocupes, ya me la devolverás>>.

A pesar de haberse caído al suelo, de haberse quedado sin café y sin descanso, Marta vuelve a la oficina con una sonrisa de oreja a oreja y aquellos ojos verdes intensos en su cabeza. Mientras que, para Mario, este momento solo ha significado un poco de sal en sus sosos días de trabajo, nada más.

Marta se pasó todo el fin de semana sin dormir apenas, solo podía pensar en cómo hablarle a ese hombre, cómo mirar a esos profundos ojos verdes y como hizo el ridículo máximo delante de sus narices el jueves.

Se ha pasado todo el fin de semana planeando como ir a devolverme la camisa. Primero pensó que debía hacerle un bizcocho de chocolate embutida en un vestido rojo corto y sexy, después pensó que el bizcocho sería demasiado y descartó la idea, más tarde pensó que ponerse ese vestido rojo daría señales de desesperación, por lo que finalmente se quedó sin plan.

Ya es lunes y Marta tiene la camisa limpia y planchada lista para volver a su dueño. Tras descartar el vestido rojo, se ha decidido por unos vaqueros pitillo y una blusa de flores a juego con sus tacones.

Sobre las 11, la hora de su descanso, Marta respira profundamente y se levanta de la silla dispuesta a cumplir su misión “devolución de camisa a salvador buenorro”.

Cuando él la ve por la ventana, sale a su encuentro. << Hola chica torpe >> dice él con una gran sonrisa, << Soy torpe, pero no hace falta que me lo restriegues por la cara. En fin, aquí tienes tu camisa, muchas gracias. >> dice Marta, alejándose.

Él se queda alucinado, tiene los ojos como platos, ya que no está acostumbrado a que las mujeres le planten cara, sino todo lo contrario, a que contesten a sus bromas con un tímido coqueteo. Así que tarda un minuto en reaccionar, tiempo suficiente para que Marta ya no esté delante suya, sino caminando hacia su trabajo.

Mario vuelve a entrar en la oficina, sin percatarse de la gran sonrisa que se le ha dibujado en la cara. Pasará el resto de la jornada sin poder dejar de pensar en lo sucedido.

Pasó el martes, el miércoles y el jueves, por fin era viernes. Mario llevaba 4 días sin poder dejar de pensar en esa chica bajita que le había plantado cara y en lo guapa que le había parecido cuando se enfadó. No entendía por qué no podía borrarla de su mente.

Marta ha puesto una lista de Spotify de temazos de la semana, mientras grita como una loca cada letra de cada canción, se arregla para irse de marcha con sus amigas. Le encanta perrear mientras se arregla y más cuando ha conocido a un típico gilipollus buenorrus comunis, más conocido como buenorro de la camisa, y ha decidido pasar de los tíos y quererse como diosa voluminosa que es.

Han quedado a las 20:30 en el centro para tomar unas cañas antes de cenar. A las 20:15 Marta sale de casa y cuando está casi llegando sus amigas escriben por el grupo de WhatsApp, ninguna va a llegar a tiempo, se verán sobre las 21 en el restaurante. Se cabrea, ya que odia la impuntualidad. Pasa de volver a su casa para media hora, así que decide pasar por su tienda friki favorita, ya que, a pesar de parecer una femme fatal con su vestido ajustadísimo y escotado, es una fanática de Marvel y todo lo que tiene que ver con comics y figuras de acción.

Marta está embobada enfrente la vitrina de los muñecos Pop-up de Marvel, por lo que no se da cuenta de que Mario está mirándola a apenas medio metro. Está analizando cada parte de su cuerpo, deteniéndose bastante en el culo, ya que ese vestido le queda como un guante.

Mientras que él está mirándole el culo, Marta se dispone a ir a preguntar en la caja por un Pop-up que no encuentra en la vitrina, y cuando se gira se encuentra a Mario embobado en su culo, por lo que empieza a decirle a grito pelado << Oye, que tengo ojos >>. Entonces, cuando Mario sube la mirada hacia arriba, Marta se da cuenta de que es él, el buenorro de la camisa, lo que le desata una risa nerviosa.

Marta no puede parar de reír, no ha estado más nerviosa en su vida y la cosa se va a complicar porque Mario se está acercando a ella, con una sonrisa típica de galán de las mejores telenovelas turcas.

A Marta le tiembla todo, incluidas las piernas. Cuando la distancia entre ellos no es de más de 10 centímetros Mario le dice << Perdona, lo reconozco te estaba mirando el culo, pero es que estás guapísima con ese vestido. Además, también quería pedirte perdón por el otro día, lo iba a hacer en el momento, pero saliste pitando. Bueno, solo fue una broma y no quería molestarte. Por cierto, me llamo Mario>>. Marta está flipando muchísimo, tanto que no puede ni articular palabra. Analicemos los hechos: primero, el tío buenorro de la camisa le estaba mirando el culo, segundo, este hombre esconde un friki dentro de él o jamás estaría en una tienda como esta, y tercero y más importante, está interesado en ella, él adonis que no sale de su cabeza desde que se tiró el café encima.

Mario al ver que Marta no contestaba le dice, << Bueno, lo siento otra vez, te dejo en paz. Espero que disfrutes de la noche >> mientras comienza a alejarse. Entonces Marta, lo agarra del brazo y le dice, << Yo me llamo Marta y me pareces un gilipollas, pero un gilipollas encantador, el que parece que lleva un friki dentro. ¿Te gusta Marvel?>>.

Mario, la miró partido de risa y pensó me voy a casar con esta chica.

Fin.






Queremos saber qué te ha parecido

Ya has votado esta pregunta con anterioridad

Noticias Relacionadas

Políticamente Correcto (Absurdo)

05 de Enero, 2024

Los patos que navegan en Murcia, por el escaso, pero victorioso Segura, ahora son woke. Mantienen un silencio sostenible y no poseen ironía alguna en el pico.Un loro con plumaje de algodón de azúca...

Hygge

29 de Diciembre, 2023

Como todo hijo de vecino, paso muchas horas en las redes sociales, y en Instagram, la cuenta “diccionariovip” ha publicado una palabra muy curiosa que me ha inspirado para escribir la columna de e...

La rueda: ¿Nuestra actualidad?

28 de Diciembre, 2023

Gira la rueda, aplastando las verdades. Deja un rastro profundo, quizás irreparable. Se desdoblará en múltiples ruedas antes de que nos demos cuenta. Con filos cortantes que cercenarán esos campos...

Navidad en Murcia

05 de Diciembre, 2023

La belleza es arte. Disfruten de ella. En diciembre, la torre de la catedral se alza entrañable y fastuosa cobijándonos del frío, nunca demasiado. A veces, la deseada lluvia empaña las luces festi...

La urgencia ignorada: Personas con discapacidad abandonadas al cumplir 21 años

03 de Diciembre, 2023

En nuestra sociedad, aún nos encontramos con situaciones en las que las personas con discapacidad son relegadas a un segundo plano, enfrentando dificultades para acceder a los servicios de atención ...

Copyright©2023. All Rights Reserved. | | |