Semana Santa de Lorca

Ahora que se termina, escribiré, por qué no, unas breves letras sobre la Semana Santa de mi ciudad, Lorca. Te invito a que te dejes llevar.

Sé que parece manido decir que se trata de una Semana Santa diferente. Manido, pero real.

La Semana Santa en Lorca es una celebración llena de tradición y fervor religioso, pero también de aires festivos. Cada año, miles de personas se congregan en esta ciudad para presenciar los impresionantes desfiles procesionales que conmemoran, como es debido, la pasión y muerte de Jesucristo. Pero no sólo verás esto. Ante tus ojos pasarán recreaciones del Antiguo Testamento. Manifestaciones de La Biblia a través de jinetes y caballos, mantos, realmente artísticos, bordados artesanalmente, bandas de música…

Dos grandes cofradías rivalizan amistosamente desde hace muchas décadas: El Paso Azul y el Paso Blanco. Pero no olvidemos también los Pasos Morado, Encarnado y Negro.

Los lorquinos se preparan durante todo el año para este importante evento. Las vías se engalanan y las iglesias se llenan de fieles y curiosos que participan en las distintas ceremonias religiosas o contemplan sorprendidos. Todos esperan con ansias el momento de salir a las calles y acompañar a las majestuosas carrozas que transportan las imágenes de la Virgen. La Dolorosa (Paso Azul) y la Amargura (Paso Blanco).

Los desfiles son innegablemente impactantes. Las calles se llenan de música, incienso y fervor. Los cofrades visten sus túnicas y capirotes, portando pesadas imágenes sobre sus hombros. Los caballos también son parte importante, si no esencial, de estos desfiles, adornados con hermosos arreos y montados por jinetes vestidos de gala.

Cada paso de las procesiones está cuidadosamente coreografiado, recordando los pasajes más importantes de la Biblia y transmitiendo un mensaje de fe y devoción, de sentimiento y tradición, a todos los presentes. Los espectadores difícilmente pueden evitar emocionarse al contemplar la belleza de las imágenes religiosas y el esfuerzo de quienes las llevan en procesión. También vibrarán con cuadrigas, emperadores, pedazos de fe y de Historia.

Al finalizar la Semana Santa en Lorca, el ambiente queda impregnado de recogimiento y gratitud. De alegría y deber cumplido. Los lorquinos vuelven a sus hogares con el corazón lleno de emociones y, quizás, con la fe renovada.

Así, la Semana Santa en Lorca se convierte en mucho más que una simple celebración religiosa. Es un encuentro con nuestras raíces, con nuestra historia y con nuestra identidad. Una experiencia única que nos invita a reflexionar y disfrutar. Te invito a que vengas. Y déjate llevar…