El Hospital Santa Lucía de Cartagena tiene previsto aumentar su capacidad de generar y consumir electricidad con recursos propios y llegar a superar el 9 por ciento de su autoconsumo evitando la emisión de 299,2 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año, según informaron fuentes del Área de Salud II en un comunicado.
Para ello, está previsto que durante este verano de 2023 se instalen en la fachada del recinto hospitalario una superficie de 5.500 metros cuadrados de placas fotovoltaicas con una potencia total instalada de 1.050 pico de kilovatios (kWp).
Esta actuación se encuadra dentro del desarrollo de una de líneas estratégicas del Área de Salud basada en la Transición a la autosuficiencia y la energía renovable implementando actuaciones orientadas a incrementar la capacidad de autoconsumo mediante la instalación de sistemas de producción de energía renovable.
Estos y otros datos son los que ha facilitado el gerente del Área de Salud de Cartagena, José Sedes Romero, a las dos directivas europeas de Austria y Dinamarca que han visitado las instalaciones del Hospital Santa Lucía dentro del programa 'Hospitals for EurOPE' (HOPE), organizado por la Federación Europea de Hospitales y Servicios Sanitarios y en el que participa la Región de Murcia por primera vez.
HOPE es un programa que pretende impulsar mejoras en la salud de los ciudadanos de los países de la Unión Europea fomentando la eficiencia, la eficacia y la humanidad en los servicios sanitarios que este año cuenta con el lema "Clima y medio ambiente y los desafíos para hospitales y servicios de salud que ello implica".
Igualmente, y entre otras iniciativas para la mejora de la eficiencia energética de la instalación por ejemplo en materia de climatización se encuentra a secuenciación de las enfriadoras de cada circuito instalando un variador de frecuencia en los motores principales de las enfriadoras, de manera que se vaya aumentando la frecuencia de trabajo del 0 al 100% en función de la demanda de enfriamiento requerida.
Esta medida incrementaría la eficiencia de las enfriadoras en un 8% lo que implica un descenso del gasto energético asociado a la producción de frío de 793.500 kilovatios hora (kWh) al año, lo que representa un 2,3% del gasto total de energía del edificio. Esta medida evitaría una producción de 152 toneladas CO2 al año.
Por destacar otras medidas, también se trabaja en la mejora tecnológica de la iluminación interior del hospital, sustituyendo un remanente de aproximadamente 11.000 puntos de iluminación convencionales por tecnología LED y se incorporarán detectores de presencia en aquellas zonas donde sea aplicable.
De este proyecto ya está ejecutado el 60 por ciento, lo que supone una reducción de 60 toneladas de CO2 al año y ahorro de 198.000 kWh. La medida producirá de manera global un incremento de la eficiencia energética del 3%, produciendo un ahorro de 528.000 kWh al año y evitándose la emisión de 100 toneladas de CO2 al año.
OTRAS ACTUACIONES DEL ÁREA DE SALUD
Desde 2010, el Complejo Hospitalario de Cartagena (CHUC) tiene establecida una Política de Sostenibilidad y Protección Medioambiental mediante la cual se compromete a desarrollar y mantener acciones dirigidas a la protección de la salud y el medioambiente atendiendo al principio de "Prevención de la Contaminación".
El Área de Salud tiene la obligación de centrar esfuerzos en aquellos aspectos ambientales sobre los que existe una mayor problemática medioambiental y preocupación social.
Por tanto, desde 2010 el CHUC ha desarrollado líneas de actuación en este ámbito. Mediante medidas basadas en la reutilización, en la sustitución de materiales alternativos, en la eliminación de usos prescindibles, o en la potenciación de la recogida selectiva de residuos plásticos, etcétera, el Área ha conseguido minimizar los impactos asociados.
Así, también, desde junio de 2022 y dentro del nuevo contrato de gestión de residuos peligrosos biosanitarios, se ha incorporado el contenedor reutilizable para el Grupo III (residuo de mayor producción) que en términos de sostenibilidad medioambiental va a suponer la reducción en la fabricación de unos 14.000 contenedores anuales de 60 litros hechos a base de polímeros y plásticos lo que se traduce en una reducción de 7.300 envases equivalente a una reducción de 45.990 kilogramos de CO2 implicados en su fabricación.