El piojo, cuyo nombre científico es “Pediculus humanus” presenta dos cepas o variedades de morfología similar, pero de localización diferente.
La variedad capitis o piojo de la cabellera, y la variedad corporis, o vestimentis, piojo de la ropa.
Aunque la localización de estas variedades es bien estricta, puede haber cruzamientos fértiles entre ellas.
Los piojos son insectos de 2 a 4 mm de largo (las hembras más grandes que los machos) de color blanquecino, más oscura en P. capitis.
El abdomen es voluminoso, ovoidal, con placas queratinizadas en los bordes (placas paratergali), y con su extremidad hendida en las hembras y prominente y puntiaguda en los machos.
Las diferencias anatómicas entre un piojo de la cabeza y una ladilla.
Las hembras del piojo colocan los huevos adhiriéndolos firmemente a los cabellos, o a las fibras de ropa, según la variedad a la que corresponda; estos huevos o liendres son blanquecinos, con brillo, miden alrededor de 0.8 mm, y poseen una tapa u opérculo mamelonado en su extremo superior.
Tardan de 8 a 10 días en dar nacimiento a pequeñas ninfas que de inmediato inician la hematofagia. Para picar se fijan cabeza abajo de los cabellos o de las fibras de la ropa, según corresponda.
Conviene señalar que aun cuando los piojos son muy estacionarios en sus localizaciones, las variaciones importantes de la temperatura corporal del hospedero tienden a hacerlos abandonar al huésped parasitado, favoreciéndose la posibilidad de diseminación hacia otras personas.
En la pediculosis de la cabellera los piojos se ubican de preferencia en la región occipital y retroauricular, donde el examen físico bajo una buena luz permite identificar los parásitos en todas sus formas evolutivas, desde huevos hasta adultos.
También pueden encontrarse las huellas de grattage o rascado del cuero cabelludo, con frecuencia infectadas y exudantes.
En infestaciones masivas estas manifestaciones suelen dar lugar a la formación de verdadera coraza o casco piloso, duro y maloliente que se llama plica palónica.
A veces el uso de luz intensa para el examen físico hace huir los piojos, que pueden caer a miríadas desde la cabellera infestada.
En la pediculosis corporal los parásitos deben buscarse en los pliegues y costuras de las vestimentas donde se ocultan.
Es más raro encontrarlos sobre la piel desnuda, salvo que haya abundante pilosidad corporal. Por lo general, son más frecuentes de encontrar en la región dorsal, de cintura hacia arriba, en axilas, pliegue submamario.
En infestaciones antiguas, por efectos de la irritación y la comezón, la piel adquiere un tono bronceado oscuro, llamado melanodermia pediculósica; estas lesiones pueden sufrir infección bacteriana y constituir focos iniciales de algunas complicaciones generales de gravedad, como la glomerulonefritis aguda.
Un piojo aferrándose a un pelo de la cabeza.
La transmisión de ambas formas de pediculosis, capitis y vestimentis, es por contacto directo prolongado entre personas infestadas y sanas. Por ello, se constituyen en problemas familiares o de estrecha convivencia, y se exacerban con el hacinamiento y la promiscuidad que pueden generarse en situaciones de emergencia, como catástrofes y terremotos.
No obstante, ambas presentan algunas características propias.
La vestimentis es más frecuente en adultos, de ambos sexos, con mala higiene personal y que viven en condiciones de indigencia o miseria; por estas razones, rara vez logran asearse en buena forma y mantener la higiene de sus vestiduras.
Además, tienden al hacinamiento para protegerse del frío; esta forma de pediculosis ha ido disminuyendo de manera significativa en la actualidad, sin duda por el progreso en el nivel de vida y las mayores facilidades para el aseo personal y el cambio de ropa.
Sin embargo, la pediculosis capitis es más frecuente en niños que en adultos, y más en mujeres que en hombres, quizá por el uso de cabellera larga, más difícil de asear. Tiene mayor dispersión geográfica que la vestimentis y mantiene su prevalencia incluso en países de alto desarrollo, constituyéndose en un problema de vigencia actual, con características de una alta y prolongada endemia.
Los piojos no nos son desconocidos. Los vamos conociendo desde que entramos en nuestros primeros años de colegio y no necesariamente necesitas ser madre o padre para saber cómo viven y se mueven éstos parásitos en el pelo de nuestros hijos o compañeros.
Los piojos son unos parásitos de color marrón que se alojan en el cuero cabelludo. Son fáciles de localizar y aún más fáciles de diseminar al estar en contacto con otra persona. Los piojos de la cabeza también pueden alojarse en cejas y pestañas.
Desde hace bastante tiempo usamos muchos remedios caseros para quitar los piojos, como el aceite del árbol de té… pero de hace unos años a la actualidad, se han usado productos químicos, haciendo que los piojos sean cada vez más resistentes a ellos y a los champús. Lo más usado por nuestras abuelas ha sido el vinagre. Un remedio económico, muy fácil de utilizar y con una eficacia altamente elevada cuando se trata de la eliminación de liendres.
El ácido acético -un componente que le da el sabor ácido al vinagre- se utiliza coloquialmente como disolvente y como plaguicida en el mayor de los casos.
Otro de los remedios anteriormente mencionados ha sido el aceite del árbol de té. Gracias a su propiedad antimicrobiana que combate todo tipo de microorganismos previene la infestación de piojos como liendres.
Lo que hacen todos éstos remedios, básicamente es esconder el olor humano para que no seamos un foco de alojamiento parasitario. Los piojos son parásitos en nuestra cabeza, viven en ella, se alimentan en ella y se reproducen y mueren en ella. En los últimos años éste tipo de parasitismo se ha disparado y a consecuencia de esto, se han desarrollado nuevos métodos de eliminación; más rápidos y potentes.
Otro tipo de tratamiento usado muy habitualmente es el de la dimeticona. Éste tratamiento -de índole química- trata de una silicona de gran densidad que recubre totalmente al piojo (haciéndole más difícil el movimiento por el cuero cabelludo) y evita el contagio desde el primer momento; es un tratamiento inofensivo para la salud capilar.
Hay que tener en cuenta que, gracias a los avances, tenemos nuevos tratamientos para combatir a los piojos y ya no es tan necesario mancharse las manos para salvar la salud capilar de los hijos. Éstos se hacen con impulsión y absorción de aire, llevados a cabo por profesionales en centros especializados en pediculosis. La desinfestación y el alta es inmediata.
A continuación, podrás conocer más de cerca el centro y observar la tecnología que poseemos para eliminar rápidamente el problema de liendres y piojos.
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