La agricultura es una de las principales actividades económicas de la Región de Murcia, con un 50% de la superficie total de la Región destinada al cultivo. Gracias a esto, nuestra tierra es una de las principales exportadoras de frutas y verduras a toda Europa.
A pesar de ello, en los últimos meses las actividades agrícolas y ganaderas han estado en el centro del debate político, siendo objeto de polémica en numerosas ocasiones. Por si fuera poco, el sector afronta tiempos difíciles con la subida de los costes de electricidad y combustible y una sequía que afectando a toda la costa mediterránea de la Península Ibérica.
Para explicarnos en profundidad la situación actual del sector agrario en la Región de Murcia, entrevistamos a Alfonso Gálvez Caravaca, secretario general de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) en la Región de Murcia, quien nos explica la misión de esta asociación y nos informa de los obstáculos y desafíos que afronta el campo murciano y de las reivindicaciones que llevan exigiendo desde que comenzaron la serie de manifestaciones por toda España y que culminará este domingo en Madrid.
Alfonso habla en exclusiva para Murcia Noticias de los ataques que están 'sufriendo' por parte del Gobierno central, de cómo está en riesgo el campo de Murcia por quedarse sin trabajadores, de la sequía y el precio del agua y de la situación del Mar Menor. Pero también tienen una propuesta de reducción extraordinaria del IVA para mitigar los daños causados por la incesante subida en el precio de la luz y por el conflicto internacional de Ucrania.
La verdad es que los agricultores y ganaderos demostraron que son esenciales y así se les reconoció por parte del Gobierno mientras que en todo momento se garantizó el suministro de alimentos a toda una población que estaba confinada, aún a riesgo de su salud.
En los primeros momentos hubo muchas dificultades porque no había suficientes equipos de protección individual y había mucha incertidumbre y mucho desconocimiento sobre la propagación del virus. Pero, aún así, los agricultores y ganaderos respondieron y no pararon y fueron capaces de abastecer a todos los mercados de los alimentos necesarios.
De ahí la importancia del sector agrario y de que no solo lo miremos con orgullo o como un sector esencial durante periodos de crisis sino que se tiene que mantener su actividad y garantizar su continuidad para abastecer de alimentos a toda la población. Ya lo vimos con la pandemia y ahora lo estamos viendo también con la guerra en Ucrania, donde hay incertidumbre sobre el suministro de alimentos como el cereal y el aceite de girasol.
En casos como este, la gran capacidad productiva que siempre ha tenido España podría haber evitado esa dependencia tan dramática en estos momentos de producciones de fuera de la Unión Europea o de fuera de España.
Totalmente. En estos momentos son unos costes inasumibles, lo que está provocando un incremento en esos costes que hacen muy complicada la viabilidad económica de las explotaciones agrícolas. Ya veníamos denunciando que este nivel de precios era inasumible para el sector, la electricidad y combustibles ya eran excesivamente altos antes de que comenzara la guerra en Ucrania y el conflicto solo ha agravado el problema.
Desde ASAJA pedimos y exigimos que se tomen medidas de inmediato y que haya una reducción drástica de impuestos. Hay que tener en cuenta que casi el 50% de los costes de electricidad y combustibles son impuestos y, ahí, el gobierno tiene margen para hacer una reducción significativa como ya han hecho otros gobiernos.
Ese incremento del precio de la electricidad y los combustibles se ve agravado por el incremento del precio del gas que está directamente relacionado con la producción eléctrica pero también es muy importante para la elaboración de fertilizantes. Eso ha supuesto un aumento en el coste de los fertilizantes, para lo que desde ASAJA estamos pidiendo que haya una reducción de impuestos.
Concretamente que se aplique un IVA super reducido del 4% en todas las compras que hagan los agricultores tanto de abonos como de fertilizantes y, en el caso de la electricidad, una reducción de impuestos también bastante importante. Especialmente para aquellos ámbitos de la agricultura donde haya un consumo intensivo de electricidad como podrían ser centrales hortofrutícolas o almacenes de manipulado donde se tienen cámaras frigoríficas y, sobre todo, el consumo de electricidad que se produce en el regadío. Al ser un regadío modernizado que emplea sistemas de riego controlado donde se necesita consumo eléctrico además de todos los bombeos e impulsiones que consumen electricidad.
Fundamentalmente, los ataques que estamos sufriendo por parte del gobierno al desarrollo de la actividad. En estos últimos tiempos, distintos miembros del Gobierno de España han acusado directamente a la agricultura y la ganadería de ser actividades dañinas que perjudican al Medio Ambiente sin tener argumentos suficientes para demostrar esas acusaciones y utilizando casos excepcionales como si se tratara de una práctica general en el sector.
También las nuevas políticas europeas que se han marcado en la reforma de la Política Agrícola Común, con la inclusión de las estrategias De la Granja a la Mesa y el Pacto Verde Europeo, establecen una reducción muy importante en el uso de fertilizantes y de productos fitosanitarios y en el propio uso del agua, que en la Región de Murcia se hace de forma eficiente, con el fin de que seamos menos contaminantes.
No obstante, nosotros entendemos que detrás de esa estrategia lo que hay es un intento de reducir la producción agrícola en la Unión Europea para dar paso a productos de fuera de la UE que no tienen las mismas garantías ni tienen las mismas exigencias que nuestros agricultores.
En estas últimas semanas, como consecuencia de la guerra de Ucrania y el desabastecimiento que ha causado, se ha demostrado que esas estrategias de la nueva Política Agrícola Común se tienen que revisar y volver a una PAC donde se recupere la máxima capacidad productiva de Europa, especialmente de alimentos básicos de primera necesidad. Al mismo tiempo se tiene que recuperar la aplicación del Principio de Preferencia Comunitaria para los productos agrícolas europeos.
Tiene que haber una revisión de los acuerdos de asociación con terceros países en materia agrícola para limitar los contingentes, establecer aranceles y darle prioridad a nuestros productos en el mercado comunitario para garantizar que en el futuro haya una posibilidad de abastecimiento normal en cualquier circunstancia porque estamos viendo que, a nivel global, cualquier crisis provoca alteraciones en las cadenas de suministro y eso pone en serio riesgo el normal abastecimiento de alimentos a la población.
Sí, ya lo estamos viendo. Aunque el fenómeno no es tan acusado en la Región de Murcia, sí tiene lugar en determinadas comarcas, especialmente en el Noroeste. Los municipios de Caravaca, Moratalla o Calasparra donde esas pequeñas poblaciones, podríamos llamarlas aldeas, han quedado abandonadas y la tendencia es que esa población migre a núcleos de población más importantes. Sobre todo en las zonas de producción de secano en la Región de Murcia, donde se depende los cultivos de cereal con un bajo rendimiento por la escasez de precipitaciones.
Si no hay rentabilidad, si los agricultores que residen en esas zonas no tienen servicios suficientes o no están obteniendo unos precios retributivos por el producto o no llegan adecuadamente las ayudas compensatorias de la Política Agrícola Común estaremos en un escenario donde se produzca un abandono de los pueblos y, por lo tanto, de la actividad agrícola junto con las infraestructuras que necesitan esas zonas.
Hay que tener en cuenta que la Región de Murcia tiene un serio riesgo de desertificación por esa baja pluviometría y por el cambio climático y es necesario que apoyemos a la población para que sigan desarrollando ese papel multifuncional no solo de producción de alimentos sino también de mantenimiento de infraestructuras que eviten la escorrentía, la pérdida de fertilidad del suelo y, en definitiva, el avance de la desertificación en todo el Sureste español.
Por las circunstancias que tiene nuestro territorio de una escasez hídrica permanente y un déficit hídrico estructural, que está cuantificado en 400 hectómetros cúbicos, prácticamente se puede decir que la Región de Murcia vive en una sequía permanente. Eso hace que la Cuenca del Segura sea la cuenca hidrológica más regulada del mundo. Esto es a consecuencia de muchos cientos de años de escasez hídrica y de aprovechar al máximo ese agua tan importante y tan escasa que tenemos en la cuenca del Segura.
Murcia está preparada pero necesita de los mecanismos legales para que, en situaciones de sequía se puedan salvar los cultivos y sobrellevar de la mejor manera posible esos periodos de sequía. Por eso mismo, el pasado martes, el Ministerio del Gobierno Central aprobó un real decreto de ayudas públicas por sequía. Aunque la cuenca del Segura está en situación de pre-alerta porque está entorno a un 38% de capacidad y, hasta que no llega al 30%, no se considera situación de alerta, muchos nos tememos que en las próximas primavera y verano ya estaremos en situación de alerta y sequía y pedimos que se habiliten todos los mecanismos legales que permitan movilizar todos los recursos necesarios para salvar los cultivos.
Con esto me estoy refiriendo a: la utilización de los pozos de sequía, de las reservas estratégicas de agua y que se exima de cánones y tarifas a los regantes en el caso de que no se estén utilizando las infraestructuras por falta de agua. Al mismo tiempo hemos pedido, y el Gobierno ha incluido en este decreto, el precio del agua desalada inferior a los convenios que estamos proponiendo en los convenios que se tienen que firmar. Eso va a contribuir a que, en casos de extrema sequía en los que no haya envíos de agua desde el Tajo o que la cuenca del Segura no pueda a tender a toda la demanda, que se pueda recurrir en las zonas donde se permita a ese agua desalada a un precio razonable.
Esta sequía llega en un momento complicado en la planificación hidrológica, puesto que, estamos pendientes de la aprobación del plan de cuenca tanto del Tajo como del Segura y, en el plan de cuenca del Tajo, el Gobierno ha propuesto una elevación de los caudales ecológicos que van a suponer un recorte de 100 hectómetros cúbicos de los envíos habituales desde la cabecera del Tajo. Eso supone un palo muy importante para el regadío murciano y si, además, se suma una sequía nos podemos ver en una situación de abandono de cultivos y de ruina en el Sureste español como consecuencia, tanto de la sequía como del recorte del trasvase.
Totalmente, la Región es pionera en eficiencia en el uso del agua de riego. Somos de los más eficientes del mundo. Si comparas las dotaciones de agua que tienen otros territorios para los mismos cultivos, son muy superiores al agua que se emplea aquí para sacar adelante las cosechas. Podemos estar hablando de zonas de producción con 5.000 metros cúbicos y aquí con 2.500 se consiguen sacar adelante las producciones porque hay riego deficitario controlado, se aplican exactamente los nutrientes que necesita la planta a través del agua de riego, que está milimetrado el gasto que se hace para los cultivos y, en ese sentido, los agricultores de la Región de Murcia más no pueden hacer para usar el agua estrictamente necesaria que requieren los cultivos.
La Región de Murcia está prácticamente al 100% de reutilización del agua depurada. Cosa que no hacen otras cuencas, como la cuenca del Tajo. De hecho ese es uno de los motivos para elevar los caudales ecológicos, para diluir esas aguas residuales que no se están depurando y que se están vertiendo a los ríos. En la Región de Murcia, todo el agua que se destina a consumo humano, se depura y se reutiliza en la agricultura aprovechando al máximo cualquier recurso hídrico que tengamos en la cuenca del Segura.
A día de hoy no porque la negociación que hay abierta para firmar esos convenios sitúa esos precios muy por encima de lo que es asumible por el agricultor y esta medida que se ha tomado tiene carácter excepcional mientras dure la sequía y con un importe subvencionado concreto.
Si no se garantiza un precio razonable para el agricultor (en torno a 30 céntimos por metro cúbico) el coste del agua desalada muy difícilmente se va a conseguir ser competitivo. La medida que tomó ayer el gobierno, entorno a los 45 céntimos, mientras dure ha durado pero, después de eso, si no estamos entorno a los niveles que pedimos, el coste no va a ser ser asumible para los agricultores. Sobre todo si el precio lo vinculan al coste de la energía porque, hay que recordar que, la desalación tiene un consumo energético muy elevado, supone emisiones de CO2, supone de emisiones de salmuera al mar entre otras consecuencias medioambientales.
Esa es la paradoja que vemos en las políticas hidráulicas del gobierno en estos momentos, el no querer trasvasar agua que discurre por los ríos y al final llega al mar y obligar a los regantes a consumir un agua que es costosa económicamente y que tiene un coste medioambiental también bastante importante.
Desde hace mucho tiempo veníamos pidiendo una ley de la cadena de valor alimentaria, que se aprobó hace unos años pero que no había sido efectiva. Recientemente, ha tenido una modificación y el elemento clave de esa ley es que el agricultor y el ganadero tengan siempre garantizada la venta de su producto por encima de los costes de producción.
Ese es el objetivo pero, lamentablemente, si no hay controles, si no hay un seguimiento, si no hay sanciones para quien incumple esa ley, difícilmente vamos a solucionar el problema de los bajos precios que tienen los agricultores y ganaderos. No existe ningún otro sector de actividad económica donde se venda el producto que se fabrica por debajo de los costes de producción y, sin embargo, en la agricultura, productos que son básicos y que están destinados a la alimentación humana en muchas ocasiones se ven obligados a hacer esa venta a pérdidas que poco a poco minan su economía y está provocando que haya mucho abandono por falta de rentabilidad y que, lo más preocupante de todo, que no haya futuro porque la incorporación de jóvenes al sector, el relevo generacional, esté en entredicho por esa falta de rentabilidad.
Nadie se va a incorporar a un sector que saben que no es rentable a pesar de que tenga vocación y le guste dedicarse a la agricultura y la ganadería. Si no hay rentabilidad y no hay condiciones dignas de vida y de trabajo, lógicamente, en el futuro vamos a tener un problema: donde no hay agricultores y ganaderos, no hay productos agrícolas y ganaderos y vamos a depender de los productos que nos vengan de fuera de España y de la Unión Europea.
Con la situación del Mar Menor está habiendo mucha hipocresía y se está buscando el origen en la agricultura. La agricultura puede tener parte de la culpa pero no la agricultura actual, es la agricultura que se hacía hace 30 años en los que los abonos nitrogenados se utilizaban de forma más intensiva, siempre dentro de la normativa vigente.
Hay que recordar que el agricultor hace lo que la administración le permite, si hace 40 años se permitía una determinada carga de nutrientes para sacar adelante las cosechas pues es lo que hay. El problema está en que todas las soluciones que se tenían que haber dado para evitar la contaminación no se dieron y ello incluye, por supuesto, la modernización del saneamiento de las poblaciones en torno al Mar Menor.
Lo que no puede ser es que haya un desarrollo urbanístico brutal en el entorno del Mar Menor y que no se haya construido paralelamente una red de infraestructuras que permitan la depuración de todas esas aguas residuales y, sobre todo, que las administraciones no hayan adecuado el territorio con infraestructuras para evitar que las escorrentías de agua a través de las ramblas arrastren residuos al Mar Menor.
Ahí ha habido una dejadez por parte de las administraciones y ahora solo se acusa a los agricultores cuando llevamos ya prácticamente veinte años aplicando técnicas de riego muy eficientes donde se aporta a las plantas sólo el agua y nutrientes necesarios y donde en ningún caso hay filtración acuífera.
Es cierto que puede que haya habido zonas en las que no se han aplicado las mejores prácticas agrícolas posibles. Es cierto pero no ha sido una práctica generalizada y la situación del Mar Menor está provocada por presencia de nitratos, pero los que estaban en el acuífero por la forma de abonar hace 30 años y, al mismo tiempo, también por la presencia de fósforo que tiene su origen en las aguas mal depuradas que vienen de las poblaciones rivereñas del Mar Menor.
Como te he dicho antes, los agricultores y ganaderos siempre han cumplido con la legalidad vigente y con las orientaciones de las administraciones en el cumplimiento de esa normativa. Cualquier regadío que no tenga concesión, lógicamente es ilegal y no tiene derecho a regar y, por lo tanto, tiene que revertirse a una situación de secano. Lo que no entendemos es que la propia administración haya estado vendiendo agua desalada y ahora les obliguen a dejar de regar después de haberles estado vendiendo agua pública por no tener concesión.
Eso es una contradicción y demuestra una vez más que las administraciones en muchos casos muestran una auténtica incompetencia a la hora de gestionar lo público y, en este caso, el recurso agua y el recurso suelo del Mar Menor que deberían tener una ordenación territorial adecuada.
Lo que no puedes hacer es estar haciendo negocio vendiendo agua pública a un agricultor y luego decirle que no. Retirarle la concesión y decirle que esa finca se estaba regando ilegalmente. Habrá situaciones de fincas donde se haya estado regando con pozos ilegales y que si no tienen concesión tienen que cesar esa actividad. Pero en la mayoría de los casos, la actividad agrícola en el campo de Cartagena se ha desarrollado conforme a las autorizaciones y directrices de la administración, ya sea estatal o autonómica.
Sí, es totalmente un ataque y va en la línea de las nuevas políticas que se están marcando a través la Agenda 2030, reducir el consumo de carne, reducir las emisiones de CO2 y demás.
Eso es un cuento que nos están contando y que en absoluto se corresponde con la realidad. Los ganaderos han hecho una adecuación muy importante en los últimos años, tanto en el respeto medioambiental como en la mejora del bienestar de los animales, las mejoras en alimentación para ser más eficientes y, en definitiva, las explotaciones ganaderas que existen en la Región de Murcia han hecho todo lo posible por adaptarse, gestionar bien los estiércoles y los purines, tener las balsas impermeabilizadas, teniendo unas explotaciones lo más actualizadas posibles e incomprensiblemente tenemos estos ataques contra la ganadería pero, al final, es una cuestión ideológica.
Hay quien entiende que para proteger el planeta hay que comer menos carne pero la realidad de la dieta humana es que la proteína animal es completamente necesaria y se pueden criar animales siendo respetuosos con el Medio Ambiente y fomentando el crecimiento económico de las áreas rurales que, de lo contrario no tendrían esa actividad y estarían perdiendo un activo económico muy importante.
Lamentablemente, como te decía antes, las políticas europeas han llevado a una reducción de la producción de cereales dentro del territorio de la Unión Europea y nos ha hecho más dependientes de otros países que tradicionalmente han sido también granero de Europa. Ucrania fue el granero de la Unión Soviética y a día de hoy, tanto Ucrania como otros países del entorno que sí son de miembros de la UE como Hungría o Bulgaria, son el granero de Europa.
Es cierto que se ha recurrido a ese mercado por unos precios más adecuados para la alimentación del ganado, puesto que, Ucrania produce mucho y a un precio barato porque también tiene la producción de fertilizantes nitrogenados a un coste inferior al que se pueda producir en otros países de la Unión Europea. Es por esto que se ha creado esta dependencia y, a día de hoy, aunque dependemos de forma importante de Ucrania, se estén buscando alternativas en países del continente americano.
Esto demuestra una vez más que la capacidad de producción de cereales que tiene Europa y, concretamente, España se tiene que recuperar y retirar esa normativa europea que prohibía sembrar cultivar en los barbechos o en las superficies de interés ecológico. Haciendo unas buenas prácticas de cultivo y una rotación adecuada de los cultivos se puede recuperar esa capacidad productiva sin perjudicar a los suelos. Al contrario, beneficiando a los suelos según el tipo de cultivo que se vaya alternando. Pero, sobre todo, garantizar el abastecimiento para alimentación animal como la producción de cereales para el consumo humano.
En el caso del aceite de girasol, que también viene en gran parte de Ucrania, España también era una gran productora de girasol. Había muchas comarcas Españolas de plantación de girasol que se abandonaron por las exigencias para poder recibir las ayudas de la política agrícola común y que, a día de hoy, se podrían recuperar esas superficies y tener una mayor autonomía en la producción de derivados del girasol como el aceite.
Sí, tiene que ser así. Es cierto que los rendimientos del cereal aquí son bajos por la falta de lluvias pero, aún así, tenemos determinadas comarcas que sí podrían recuperar esa producción al igual que en el resto de España. Que se recuperen producciones de cereales destinados a la alimentación animal es muy importante porque nuestra producción ganadera es de las más importantes de España y eso significaría que tendríamos garantizado el cereal para la alimentación y, también, producir a unos precios más razonables evitando los costes que supone transportar cereal desde la otra punta de Europa.
Yo creo que sí por la tradición que tiene la agricultura en la Región de Murcia. Cualquier familia, quién más o quién menos, tiene algún conocido o algún familiar que es agricultor o ganadero. Pero también es cierto que con la cultura urbana se está perdiendo esa vinculación con lo que es el agro y la producción agrícola y hay un desconocimiento de la labor diaria de los agricultores y ganaderos de la gran importancia que tiene que tengamos ese suministro de alimentos tan cercano y con esas garantías de seguridad y calidad alimentaria.
Al final los agricultores y los ganaderos juegan un papel fundamental en la soberanía alimentaria, en que tengamos la tranquilidad que da ese suministro estable de alimentos de calidad y por eso yo creo que hay que hacer una labor pedagógica y de concienciación a la sociedad de que sin agricultura y sin ganadería estamos condenados a situaciones dramáticas como se ha demostrado en estos últimos tiempos. Depender de fuera, no tener controlada tu propia producción de alimentos, es una auténtica condena.
Sí, que se den cuenta de la importante labor que realizamos. Tanto a nivel de asociación, defendiendo sus intereses, informando, haciendo que los agricultores y ganaderos estén al día de todas las innovaciones que sean beneficiosas para mejorar su rentabilidad y sean más respetuosos con el medio ambiente. Y, respecto a lo que es el colectivo de agricultores y ganaderos, que son esenciales, que es una profesión muy digna y que con ellos tenemos esa garantía de suministro de alimentos que para cualquier ser humano es lo más importante en la vida.
Por otra parte, que se nos reconozca de una vez por todas ese déficit hídrico estructural que tenemos en la Región de Murcia. En España hay agua más que suficiente, con buenas obras hidráulicas para atender a todas las necesidades y demandas y, con ese agua, garantizar un regadío que siga suministrando esos alimentos de calidad.
Pues que no pierdan la fe, que no tiren la toalla, que sigan luchando, que el sector es complicado y que siempre hemos vivido crisis. Como te decía, la asociación tiene ya casi 40 años y en este tiempo siempre hemos tenido dificultades, hemos sufrido varapalos y situaciones de muy poca rentabilidad y de falta de reconocimiento social y político pero que al final tiene que haber un resurgir de la actividad agraria. Se tiene que recuperar el interés por las profesiones de agricultor y de ganadero. Con los recursos que tenemos a día de hoy, tanto de innovación tecnológica como los avances técnicos para el mejor uso de los recursos naturales para obtención de alimentos de calidad, es una profesión que tiene mucho futuro y animar a que se acerquen a la asociación y al sector para conocer el día a día de los agricultores y ganaderos y las muchas posibilidades que tienen para un desarrollo profesional, personal y económico para cualquier persona.
ASAJA es una asociación de agricultores, ganaderos y empresas agrarias que tiene implantación en la Región de Murcia. Que tiene ya casi 40 años de existencia y que representa los intereses económicos y profesionales de agricultores, ganaderos y empresas agrarias.
La asociación está integrada en ASAJA Nacional, que es la organización de ámbito nacional que tiene más de 200.000 asociados en toda España y que tiene también representación permanente en Bruselas ante las instituciones de la Unión Europea. También somos miembros del Comité Europeo de Asociaciones de Agricultores y Ganaderos y Cooperativas, el COPA-COGECA.
Representar los intereses económicos y profesionales de sus asociados y tomar todas las medidas posibles para la mejora económica y profesional de ellos y, dentro de los servicios de la asociación, tramitamos las ayudas y subvenciones de la política agrícola común, damos asesoramiento a las explotaciones agrarias en todos los aspectos relacionados con la gestión de la explotación, el uso de abonos y fertilizantes, el tratamiento fitosanitario.
También tenemos un departamento de formación para dar una formación continua y constante a los asociados para la mejora profesional tanto de ellos como autónomos o empresarios como de sus trabajadores. También gestionamos y tramitamos seguros agrarios a los agricultores, que es un sistema de garantía para los agricultores ante las inclemencias meteorológicas.
La asociación se relaciona constantemente con las distintas administraciones, principalmente con la Comunidad Autónoma, que es la que tiene las competencias en materia de agricultura y, también, con el Gobierno Central y sus organismos delegados (como la Confederación Hidrográfica del Segura) y con otros departamentos del Estado, sobre todo en relaciones laborales, seguridad social, inspección de trabajo y demás.
La asociación también negocia el Convenio Colectivo de Trabajo Agrícola Forestal y Pecuario. Desde la parte patronal negociamos con los sindicatos las mejoras en las condiciones laborales y, en general, regulamos las relaciones laborales en el sector y se negocian los incrementos salariales y todas las modificaciones laborales que se tengan que trasladar al convenio colectivo.
Sí, y en ese capítulo de negociación con las administraciones, también está la función de movilización y manifestación como vamos a hacer este domingo en defensa de los intereses del sector por la grave situación que está atravesando.
Actualmente podemos estar hablando de unos 3000 asociados. Teniendo en cuenta que tenemos un censo de aproximadamente 11,000 o 12,000 autónomos agrarios, estaríamos entorno a un 30% de afiliación. Además de esto, también hay asociados que son empresas o quienes no son agricultores a título principal pero sí que tienen explotaciones agrícolas y se dedican a la agricultura a tiempo parcial.
En la negociación del Convenio Agrícola la representación de la parte patronal engloba unas 1500 empresas agrícolas. Además de esas empresas puede haber agricultores profesionales a título principal que son autónomos pero que también constituyen una empresa o sociedad junto con otros familiares u otros agricultores a título principal pero que desarrollan su actividad económica mediante la fórmula mercantil de empresa.
La agricultura de la Región de Murcia es de las más punteras a nivel mundial, tanto por las técnicas de cultivo que aplica como por la diversidad y la calidad de sus producción. Hay que tener en cuenta que Murcia, como región uniprovincial, es la segunda en exportación de frutas y verduras a todo el territorio nacional por detrás de Andalucía. Esto demuestra, a pesar de la limitación territorial, la gran capacidad productiva y la gran diversidad de productos que tiene la Región de Murcia.
En el capítulo de fruta hay frutas que se producen y exportan en la Región de Murcia. De cítricos somos la principal provincia productora de España. Especialmente del limón, del que nuestra Región supone el 60% de la producción de limón a nivel nacional. También tenemos un peso importante en otros cítricos como la naranja y la mandarina. En el capítulo de fruta también hay una gran variedad, desde melocotón, albaricoque, ciruela o la pera (en la zona del altiplano de Jumilla).
Respecto a las hortalizas las grandes zonas productoras y de mayor potencial como el Campo de Cartagena como el Valle del Guadalentín tienen prácticamente todo el elenco de hortalizas, entre las que destacan el brócoli, la alcachofa y coliflor. También hay que hacer referencia a las campañas de verano y a la producción de pimiento, sandía y melón.
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