Un total de 5.078 mujeres víctimas de violencia de género han participado desde 2010 en el protocolo de inserción sociolaboral de este colectivo en la Región de Murcia. De ellas, el 67 por ciento han logrado un empleo posteriormente. El protocolo parte de la coordinación desde las consejerías responsables de Empleo y de Mujer.
El primer paso de este protocolo lo protagonizan los centros de atención especializada a estas mujeres -CAVI-. Proponen a aquellas que se encuentren desempleadas la posibilidad de ser atendidas por una orientadora del SEF con formación específica de esta tarea, de cara al diseño de un itinerario personalizado de inserción sociolaboral.
Aproximadamente 500 mujeres acceden cada año a esta iniciativa. Recibió el Premio Regiostars 2017 de la Comisión Europea a la mejor iniciativa. Estuvo dentro de la categoría 'Empoderamiento de la mujer y participación activa'. Las últimas cifras del protocolo -2019- ponen de manifiesto que el año pasado atendieron a 531 mujeres víctimas de la violencia de género. El dato de inserción fue del 29 por ciento.
Las cifras del protocolo de inserción
De esas nuevas participantes, la mayoría -el 61 por ciento- eran mayores de 35 años. Mientras que un 25 por ciento tenían entre 25 y 34 años. El 14 por ciento eran menores de 25 años. Seis de cada diez eran españolas. Seguidas, con una diferencia considerable, de mujeres de nacionalidad marroquí, ecuatoriana, colombiana rumana, hasta un total de 21 nacionalidades. Además, nueve de cada diez mujeres cobraban algún tipo de prestación.
En cuanto a la cualificación de las participantes, la mayoría poseían un nivel formativo bajo. Así, solo el 15 por ciento contaba con estudios de mayor nivel a los obligatorios. El 18 por ciento, tenía título de la ESO y el resto poesía estudios inferiores a los obligatorios. En concordancia con ese perfil formativo, las ocupaciones más demandadas por las mujeres son las que requieren niveles de cualificación más bajos.
El consejero de Empleo, Investigación y Universidades, Miguel Motas, destacó que el protocolo "funciona como una iniciativa coordinada entre los servicios de empelo y sociales de la Región. Es precisamente un trabajo conjunto en el que hace incapié la Unión Europea. Detrás de las cifras del protocolo se encuentran mujeres con nombres y apellidos que han conseguido que el empleo sea un pieza importante en su lucha por salir adelante".