Encontrado un cachalote varado en una playa española: en su estómago 30 kg de residuos plásticos
Las ballenas pueden quedar varadas por diversas razones, muchas de ellas naturales (errores de navegación, edad, infecciones…): pero en el caso de los cachalotes encontrados en la playa de Cabo de Palos, en la Comunidad Autónoma de Murcia, no hay duda sobre las causas de la muerte: el animal había tragado una enorme cantidad de residuos plásticos que lo habían destruido.
Esto nos lleva de vuelta a la destrucción medioambiental de la que somos responsables y de la que sólo somos conscientes ante episodios tan impactantes como éste.
Era un joven ejemplar macho de diez metros de largo y seis toneladas de peso. Casi dos meses después de su muerte, llega el resultado de la autopsia, que no deja lugar a dudas: el shock gástrico por la ingestión de todo tipo de residuos, incluido un contenedor de plástico entero, para un total de 29 kilogramos de objetos extraños en el estómago del animal. Los médicos creen que desarrolló una inflamación de la membrana que cubre las vísceras (peritonitis) como resultado de la contaminación bacteriana, probablemente debido a la mezcla de bolsas de plástico, bolsas de rafia y varias basuras que el cachalote había acumulado.
Estos animales, en términos de estado de conservación, son «vulnerables» y el episodio de Murcia no debe dejarnos indiferentes: los casos de varamientos y muertes por contaminación de los mares están aumentando; sólo en 2016, por ejemplo, un episodio similar afectaba a 13 ejemplares encontrados en la playa de Toenning, Alemania.
La Unión Europea y las Naciones Unidas han puesto en marcha programas para reducir la contaminación plástica mediante el establecimiento de nuevas normas de reciclado y la creación de grupos de trabajo internacionales que trabajan en pro de objetivos comunes. Mientras tanto, tenemos que pensar en cómo podemos hacer todo lo posible, en la pequeña parte de nuestra vida cotidiana, para contribuir positivamente a esta batalla.