Uno de los casos más escuchados de este tipo de torturas en la industria de los farmacéuticos, está el caso de un oso, obligado a cargar cinturón desde pequeño. Lo utilizaban para extraerle la bilis de su organismo, llevándolo a sufrir enfermedades como peritonitis, cáncer y otras.

Este procedimiento lo realizaban por medio de un agujero que se le hace al oso en el abdomen. Luego con una cánula le extraían la bilis, es decir, que el agujero nunca cicatrizaba y le provocaba muchas enfermedades.
La prensa reportó este caso en el 2011, explicando que el cinturón les causaba un dolor tal que una madre osa mató a su cría y luego se suicidó golpeándose con una pared. No obstante, también han salvado a otro oso llamado Cesar, que tenían torturado desde hace años.



