Linda, graduada en comportamiento animal, lideró un proyecto para liberar a los 3 chimpancés, lo cual logró con éxito, sin embargo por haber nacido en cautiverio y criados en pequeñas jaulas, llevarlos a un entorno natural no era opción.

Es así como Koebner decidió entrenar y cuidar de los chimpancés para que estos pudieran adaptarse sin problemas a la vida salvaje, así como también se encargó de curar sus dolencias y enfermedades. Al cabo de 4 años, llegó el momento de liberarlos en un refugio de animales.

18 años después Linda decide visitar el recinto al aire libre donde aún viven Doll y Swing, y la reacción de los chimpancés fue toda una sorpresa, la habían reconocido. La recibieron con grandes sonrisas y fuertes abrazos.




