Este fin de semana, en una gala celebrada en el Hotel Marriott de Madrid subía al estrado un joven aunque veterano empresario, Javier Coterillo, a recoger el premio de la Asociación Europea de Innovación y Tecnología. El reconocimiento: apostar por la calidad y por nuestro país en tiempos de una pandemia que no terminamos de sacudirnos.
Coterillo es el CEO del ‘Grupo FARMAQUIVIR’, la compañía española que se ha revelado y consagrado como todo un fenómeno en la capacidad de respuesta al covid19, por su agilidad y amplios volúmenes en la fabricación especialmente de mascarillas; pero, sobre todo, por ser la única que, asentada en el exigente sector farmacéutico, ha movido ficha jugando además la carta de la responsabilidad social y de la fiabilidad en materia de protección de los ciudadanos.
“Lo vimos claro durante la primera ola. No podíamos estar sometidos no a la dependencia sino directamente a una suerte de chantaje del mercado y de los productores chinos. Hubo una terrible inseguridad en las operaciones de comercio internacional, hubo falta de transparencia, hubo estafa… nosotros particularmente iniciamos un procedimiento en los tribunales, precisamente para frenar estos abusos”, señala a este periódico el empresario, que acumula una trayectoria de más de 15 años en el ‘sector fama’.
Junto a ese mensaje de ‘basta ya’ está la puesta en marcha inmediata, como llevó a cabo su firma, de una factoría para fabricar sofisticadas mascarillas FFP2 con carbón activo, recomendadas especialmente para personas con problemas respiratorios, y junto a ellas las quirúrgicas, ofreciendo en los test unos niveles de respirabilidad altísimos, lo que les ha llevado a estar en lo alto del mercado y desbancar paulatinamente al producto ‘low cost’ asiático.
“La crisis nos ha puesto a los emprendedores frente al espejo, y ha medido nuestra responsabilidad social, al margen del lógico ánimo de lucro que es el fin de la actividad empresarial. Creo que no podemos flaquear, que tenemos que buscar fórmulas imaginativas para crear empleo y mantenerlo, para poner a nuestro país en su sitio… para poner, en definitiva, nuestro granito de arena en la salida de la crisis. Y esto, pensando no sólo en salvar vidas sino igualmente en que el tejido productivo quede lo menos dañado posible, algo francamente complicado con todos los golpes que acumulamos en el último año”, remarca Coterillo.
Desde FARMAQUIVIR vienen lanzando un mensaje a los poderes públicos de exigencia, y de mejora en una gestión que ha provocado que en la primera oleada del covid19 o no llegasen o llegasen tarde o en malas condiciones aquellos productos, aquel material de producción, que era crucial para cortar la hemorragia de los contagios y las muertes. “Creo sinceramente, y lo digo con ánimo constructivo porque la crisis es y será larga, que los políticos, en líneas generales, no han estado a la altura. Y se lo tenemos que decir porque, como sociedad, no nos podemos permitir fallar más”, advierte Javier Coterillo.
En un momento trascendental en el que aún existen en el mercado tanto tests defectuosos como mascarillas protectoras que no alcanzan las mínimas certificaciones y homologaciones, el empresario es tajante: “si no somos conscientes de que estamos ante una amenaza de tipo sanitario y ponemos ese cartel en mayúsculas y como prioritario para responder con los adecuados equipos de protección, estaremos actuando de manera frívola y eso no nos ayudará como colectivo”. Estamos en “la hora de dar lo mejor de nosotros mismos”, recalca este joven líder que tiene en su cartera y su currículum el asesoramiento y la consultoría mediante ‘soft skills’ o habilidades blandas a los directivos de la era post-covid.