Un verano en la infancia de: Mari Carmen Ruiz Aguirre - Gestora de datos de la sala de operaciones del 092 en Murcia, "hacíamos agujeros en la huerta y los llenábamos de vinagrillos"

MurciaNoticias, de la mano de Fermín Meseguer Mateos, trae durante el mes de agosto una propuesta refrescante de entrevistas de verano. Profesionales de distintas áreas; murcianos o que pasan sus vacaciones en nuestro litoral, hablarán de sus vacaciones de la infancia y de ahora, tradiciones, lugares de referencia y planes de verano de ayer y de hoy.

Si alguna vez se ha visto en la necesidad de marcar el 092 en Murcia, es muy probable que haya escuchado la voz de nuestra protagonista de hoy. Presidenta de la Asociación Cultural Cruces de Mayo de Cabezo de Torres, compagina su trabajo con actividades enfocadas a fomentar algunas de las tradiciones murcianas y a escribir poemas. En sus respuestas, con el Mar Menor de fondo, nos adentra en la Feria de Murcia, que ya está a la vuelta de la esquina. ¿Encontrará a su caballito este año?.

Mari Carmen, ¿dónde pasabas tus veranos de infancia?

Mis veranos los pasaba entre el Balneario de Fortuna y la playa. Todos los domingos nos íbamos a pasar el día con los vecinos.

Comida o alimento estival que recuerdas con más nostalgia.

Por supuesto, el conejo frito con pimientos de bola y tomate que hacía mi madre la noche antes de irnos a la playa y que nos comíamos bien fresquicos, en la orilla, con la tortilla de patatas. Y también añoro mucho las pelotas de carne que cocinaba mi tía en Patiño y que las hacía muy buenas. En invierno es tradición popular comerlas en esta pedanía murciana.

Nuestra protagonista, en Los Alcázares

Sabor de helado favorito

El polo de chocolate de toda la vida. A escasos cien metros de mi casa, había una heladería y todas las tardes íbamos con los cinco duros que nos daba mi padre a comprarnos lo que nos gustaba.

¿A qué jugabas?

Pues fíjate, yo era un poco salvaje. Saltaba al elástico, jugábamos a los cromos, al fútbol, a las chapas. Pero lo que más hacíamos, era irnos por los huertos a revolcarnos por el suelo. Los domingos nos subíamos al Cabezo de la Cruz a tirarnos por la piedra Rascullente.

¿Qué llevabas o comprabas en el cine de verano?

Tras el día de playa, siempre terminábamos en el cine de verano. Lo recuerdo perfectamente, como si estuviese allí, pisando el chinarrillo del cine Sabater, en El Cabezo, hasta llegar a la cantina. Y el olor tan bueno e irrepetible a pastel de carne. De casa nos llevábamos cualquier bocadillo.

Ahora que solo nos leen: trastada que tu familia nunca supo que hiciste

Como he hecho tantas, yo creo que se han enterado de todas. Por desvelar alguna, siempre me manchaba la ropa jugando en el huerto. Luego decía que me había caído pero era mentira. Es que hacíamos agujeros en la huerta, lo llenábamos de vinagrillos y nos tirábamos encima como si eso fuera una cama elástica.

¿Qué te prohibían hacer por imperativo familiar?

Prohibido (lo dice con un tono lento e impositivo) llegar después de la hora que mi madre nos dijese. Como me pusiera a las ocho y llegara a las ocho y un minuto, bueno, ya podía correr y esconderme debajo de la cama.

Mari Carmen, contemplando un atardecer de verano en las Salinas de San Pedro del Pinatar

Tu mejor recuerdo…

Tengo muchos. Después de un buen verano en las playas del Mar Menor, bien en Los Alcázares, bien en La Manga, venía la Feria de septiembre de Murcia y ahí tengo una foto al lado de un caballito al que mi padre siempre nos llevaba. Recuerdo que nos compró una sartén que estaba hecha de hierro con una chapa de Coca Cola chafá y su trípode. Aún la conservo. Tendrá cincuenta años.

Nombre de ese amor de verano al que nunca olvidarás 

Yo amor de verano no he tenido.  Me enamoraba de todo el que me gustaba. Qué le voy a hacer; soy así de enamoradiza. Iba junto con mis amigas y el que nos gustaba, pues nos gustaba, ya está, jajaja. Pero amores, así, de verano, no. No cuajó ninguno.

¿Terminaste alguna vez el cuaderno de repaso para vacaciones?

Es que no tenía cuaderno de repaso. En verano estábamos ayudando siempre a mi padre en su fábrica de colchones. Lo más que llegué a hacer fueron todos los ejercicios del libro de geografía e historia de 7º EGB que me puso D. Fabián como tarea, si quería pasar el curso y me acuerdo que los hice todos. ¡Todavía recuerdo alguno!.

Mari Carmen (de azul) celebrando ayer el cumpleaños de su hermana Mª Dolores. Felicidades.

Volvamos al verano actual:¿Aperitivo y bebida preferidos?

Me encantan los mejillones al vapor con pimienta y un chorro de limón. Es  mi locura...y un buen Martini.

¿Algún libro en el equipaje para estas vacaciones?

 Este año las vacaciones las tengo tan cortas, porque me las han dado de semana en semana que no sé si me llevaré algún libro. Tengo pendiente leer El tiempo evitado que me regaló un buen amigo. 

¿En qué se diferencia el verano de tu infancia al actual salvando la covid?

En todo. Antes los veranos era disfrutar de la familia. Iba con mi padre y eso me daba una confianza tremenda. Solíamos compartir nuestro coche con los vecinos que no tenían vehículo y se venían con nosotros. Pasábamos unos días estupendos. Ahora voy donde quiero, dentro de mis posibilidades o donde puedo, claro. No es lo mismo, ni por asomo. En lo que sí se parecen mucho y sigo disfrutando, para cambiarte el sentido de la pregunta (sonríe), es cuando me siento en la arena frente al mar y tener esa sensación de libertad. Me encuentro tan bien allí que no lo cambiaría por nada del mundo. Me gusta contemplar el mar.

Libro solidario de poemas del cual es coautora.