La Comunidad Autónoma ha financiado con 54.000 euros las obras de recuperación y restauración de la noria de Candelón, en Abarán, una de las principales de cuantas se conservan aún en uso para el riego en el término municipal.
El director general de Patrimonio Cultural, José Francisco Lajara, visitó hoy la zona incluida en la denominada Ruta de las Norias, acompañado por el alcalde de Abarán, Jesús Gómez, y destacó el “compromiso del Gobierno regional con el patrimonio vinculado al aprovechamiento de las aguas para el regadío, del que forma parte importante la noria del Candelón”.
Los trabajos realizados comenzaron con la limpieza y adecuación del entorno, incluyendo la limpieza de la maleza, restos vegetales y fangos del canal de la acequia; y en el replanteo de las obras, con la disposición en el entorno de la noria de una estructura metálica para izarla y proceder a su toma de datos, reposición de piezas en mal estado y desmontaje de elementos deteriorados.
La parte más visible ha sido la intervención en la parte metálica de la noria, con la fabricación de piezas idénticas a las originales, mecanizando al tiempo el eje y el buje e incorporando rodamientos. Las palas y cangilones se repusieron empleando piezas metálicas nuevas de idénticas dimensiones.
También se ha procedido a la intervención en las obras de fábrica, con el limpiado de las superficies mediante chorro de agua en todos los paramentos, eliminando suciedad del soporte. Se ha reparado el canal de recogida de agua y se ha llevado a cabo la adecuación de los pilares de soporte del canal.
Finalmente, se aplicó una pintura plástica incolora de resina epoxi en todos los paramentos verticales y se instaló una barandilla de protección.
La noria está documentada en el año 1838, y fue construida para regar los terrenos del paraje del Candelón, localizados por encima de la acequia de Charrara. Con 6 metros de diámetro, la antigua rueda de madera dio paso a otra metálica. Su pequeño rendimiento obliga a almacenar el agua elevada en una balsa. A partir de este punto, los huertanos ejercen el riego a través de un canal de distribución de unos 400 metros. Tradicionalmente, con esta noria se irrigaban 14 tahúllas (1,56 hectáreas), tal como se registra en el año 1929. En el año 2018, el espacio hidráulico constaba de 11,3 tahúllas (1,26 hectáreas) distribuidas entre 24 propietarios.