La Semana Santa es una de las tradiciones que se siguen con más fervor en la Región de Murcia, en la que miles de nazarenos inundan las calles acompañando a los tronos de su hermandad o cofradía. A pesar de la pasión con que cada año se desarrolla la Semana Santa, en los últimos dos años no se ha podido celebrar a causa de la pandemia de Covid-19.
No obstante, gracias a la mejor situación epidemiológica de este año, la Semana Santa regresa este mes de abril con más fuerza que nunca gracias a la ilusión de los murcianos.
Para saber qué esperar esta Semana Santa, hablamos con el jefe de banda de una de las principales hermandades de nazarenos de Totana. A sus escasos 21 años, Juan Carlos Fernández Hernández se ha convertido en el jefe de banda integrada por más de 70 personas para la Hermandad de la Santa Cena y Calvario de Totana, una de las hermandades de nazarenos más antiguas del municipio.
Este músico, percusionista, nos acoge sonriente tras un ensayo próximo a Jueves Santo para hablarnos sobre las responsabilidades y obstáculos de liderar una banda de tal tamaño, de las marchas e instrumentos que caracterizan al Calvario y de la forma tan especial en que se celebra la Semana Santa en este municipio totanero.
Estando aquí. El anterior jefe dejó de serlo y, cuando el presidente me ofreció el puesto dije que sí.
Sí, fui miembro de la banda durante un año, aunque nunca llegué a procesionar. Aún así, he sido miembro del Calvario desde que nací. Antes salía con el trono e iba a empezar a salir con la banda hasta que llegó el Covid. Este es mi primer año saliendo con la banda y lo hago como jefe de banda.
Eso son cosas en las que no piensas cuando aceptas el cargo. Lo normal es intentar hacerlo pero es imposible. Yo no le di muchas vueltas porque me hacía mucha ilusión. Hay días en los que te dices "me gustaría tener todos los fines de semana para mí y no tener que hacer nada" o "me gustaría no tener que venir a ensayar" pero también me gusta la rutina del ensayo. Me gusta ensayar, trabajar con la gente y ver cómo se va mejorando.
También es cierto que yo esperaba responsabilidades en lo referente a la música pero ser jefe de banda significa tener en cuenta la ropa, organizar los ensayos, ver quién sale y quién no sale... No es solo llegar y empezar a tocar, que es lo que a mí me gusta, sino gestionar todo.
Sí, estudié el grado elemental de música aquí en Totana con el profesor Ceferino Ayala y después pasé al conservatorio Narciso Yepes de Lorca, donde terminé el grado medio o profesional de música en la especialidad de percusión.
Bueno, creo que en la Hermandad de San Juan el jefe de banda que tienen ahora empezó con más o menos la misma edad que yo. Pero no creo que sea tan raro. Yo creo que te basta con ser una persona con conocimientos, solvente y resolutiva, sobre todo porque aquí encuentras problemas todo el rato. No es una cosa para la que te tengas que preparar durante años.
Sí, sí me ha costado pero, como en general son buena gente, ellos también han puesto de su parte. Además, ven que tengo conocimientos y han aprendido a respetar eso. Respetan que soy músico. La mayoría de personas aquí han aprendido a base de unos y ceros, no leen partituras así que han aprendido a respetar que tengo los conocimientos técnicos para ser jefe de banda y puedo llevar las marchas de formas que no conocían.
Muchísima. Yo he participado en las Semanas Santas de Murcia, la de Alhama, la de Cartagena y la de Lorca. Por ser músico me han contratado en distintas bandas y he podido observar otras y de la Semana Santa de Totana puedo decir que me gusta porque es super colaborativa. Me gusta porque cuando llega alguien nuevo que no la conoce siempre encuentra algo que hacer. Siempre hace falta gente para llevar el trono, siempre hace falta gente para llevar el carro con los tacos y demás. Es muy participativa y no solo en esta hermandad, es algo generalizado.
También hay que destacar que hay muchas hermandades. En Totana hay 17 hermandades de nazarenos y la mayoría tiene su propia banda, o sea, que somos muchos músicos en Totana. Y eso que somos un a ciudad de 31.000 habitantes. En Lorca son 100.000 y bandas tienen solo cuatro o cinco. Aquí a la gente le encanta participar y sea tocando en la banda o llevando el trono o como se pueda.
Lo bueno de Totana es que, al haber tantas bandas, cada banda se ha ido posicionando en distintos puntos del espectro musical. Por ejemplo, algunas bandas se han acercado más e estilos sevillanos y andaluces. También tenemos la orquesta de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores (La Dolorosa) que tiene un estilo totalmente diferente que hace uso de violines o hermandades como San Juan o La Magdalena, que son agrupaciones musicales como las que podría haber en un conservatorio.
El Calvario, por su parte, es un banda de cornetas y tambores. Nosotros no pretendemos cambiar de estilo ni comprar tubas y trombones o cosas similares. Nosotros nos quedamos con nuestras cornetas, tambores y trompetas. Eso le da un tono muy militar a nuestras marchas. También tenemos muchos miembros que han compuesto marchas a lo largo de los años y que solo tocamos en El Calvario.
Nuestra seña de identidad es que el compás que utilizamos es de 12/8, la subdivisión ternaria. Es un ritmo muy característico y con mucha personalidad que el resto de bandas no utiliza, por lo general tocan en 4/4, lo que lo convierte en nuestro sello. Mucha gente no sabe la razón pero puede identificar cuál es la banda del Calvario solo escuchando la música.
Sí. Las marchas originales del Calvario las compuso el músico totanero Luis Ángel Sanchez, el actual director de la Hermandad de la Dolorosa. Él fue el que le dio esa seña de identidad al calvario. Por eso tenemos marchas como Al Pie de la Cruz, Dolorosa Soledad, Palmas y Olivos, La Última Cena y así hasta ocho marchas originales que solo tocamos nosotros.
Pues de las versiones que tocamos, la más famosa es el Canon de Pachelbel. También tocamos Las Lluvias de Castamere de Juego de Tronos (que nosotros llamamos Las Lágrimas) o Corazón del Rey, de la banda sonora de Braveheart. Además de canciones más populares como Hasta mi Final de Il Divo. Solemos buscar la forma de adaptar canciones que nos gustan, por ejemplo, "en ordinario" también tocamos el tema de Bajo el Mar de La Sirenita.
Empezamos a ensayar en octubre del año pasado pero principalmente por todos los niños nuevos que se unieron a la banda, para que fueran pillando un poco la dinámica. Al principio solo era una vez a la semana para ir "haciendo labio", por así decirlo, pero venía poca gente a los ensayos porque eran por secciones.
Las cornetas se dividen en primera, segunda y tercera voz, no tocan todos lo mismo. Además estaban los tambores y los bombos. Así que empezamos haciendo ensayos seccionales. Cuando llegó enero empezamos todos a venir tres veces por semana.
También hemos tenido bastantes actos este año. Tuvimos un certamen organizado por la Hermandad de Jesús Flagelado y Descendimiento (La Flagelación) en favor de la Asociación Española Contra el Cáncer Murcia así que fue necesario ensayar mucho para ese certamen. O para el día de la música, que fue hace poco. Y a partir del miércoles de ceniza pasamos a ensayar cada día.
Si medimos los miembros integrantes estamos rondando los 70, somos una banda bastante numerosa. La mayoría son cornetas de tres pistones, además tenemos trompetas, tambores cajas y bombos.
Pues la verdad es que me ha sorprendido la respuesta de la gente. Yo pensaba que la gente iba a estar más fría, que les iba a dar pereza, que se habían acomodado pero me equivocaba. Si algo ha demostrado la gente, por lo menos en esta hermandad, es que tienen muchas ganas de volver a salir, muchísimas, y han respondido muy bien.
Ayer en el ensayo éramos casi la banda al completo y estoy muy satisfecho con el trabajo que estamos haciendo. No me puedo quejar de falta de participación, todo el mundo está deseando volver.
Muchísima. Yo creo que si la pandemia nos ha hecho pensar en algo es en las cosas a las que les dedicamos nuestro tiempo. Que la gente le dedique tiempo a la banda, a la Hermandad o, simplemente, a la música está motivado en parte por haberlo echado de menos durante el confinamiento. Ha servido para que lo valoremos todo un poco más.
No es rivalidad. Al final todo el mundo quiere que la Semana Santa sea la mejor posible. No creo que haya rivalidad, yo creo que hay competitividad. Si una banda un año prueba una marcha nueva puede motivar a que al año siguiente otra banda se atreva a tocarla también o busque otra marcha original.
No se puede decir que haya rivalidad como tal, de hecho, muchas hermandades están hermanadas entre sí. Por ejemplo, en el Calvario hacemos un montón de actos conjuntos con la Hermandad de nuestro Padre Jesús y durante el transcurso de la semana santa nos cruzamos en varias ocasiones y creo que es bonito que se junten entre sí personas de distintas hermandades porque ensalza la Semana Santa.
No se trata de lucir un estandarte, una hermandad no es solo el trono ni es solo la banda ni es solo los nazarenos igual que la Semana Santa no son las 17 hermandades cada una por su cuenta sino todas en conjunto.
Por lo menos en Totana sí que se valora mucho a quien sale. Como somos un pueblo, muchas de las bandas ensayan en la calle y eso hace que día a día la gente se da cuenta de la preparación que se necesita y, en cierto modo, lo sufren también. Aquí se sabe bien todo lo que hay detrás de una hermandad, no es llegar en Semana Santa y que simplemente salgan los tronos.
Nosotros llevamos ensayando desde octubre. No se empieza a preparar la Semana Santa en cuaresma sino que nos tenemos que preparar desde mucho antes y eso se sabe porque, quien más quien menos, forma parte de una banda o conoce a alguien que sí.
Yo creo que el buen rollo que hay. Son procesiones, son actos formales, pero hay que vivirla porque no se parece a ninguna otra. Totana está entre Lorca y Murcia pero su Semana Santa no se parece en nada a ninguna de las dos, sin desmerecer a ninguna.
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